jueves, 30 de septiembre de 2010

DIEGO DE GIRÁLDEZ.HOMBRE PECULIAR, PINTOR EXTRAÑO.

Diego de Giráldez muestra su obra en la sala de la Fundación Celta de Vigo.
Estos días cuelga su obra en la Fundación Celta, ese microcosmo cultural edificante que tutela Román Pereiro dentro del macrocosmos deportivo que es el estadio céltico vigués. Hablo de ese extraño pintor llamado Diego de Giráldez, y digo extraño porque nunca quiso someterse a la dictadura última de modas o tendencias sino que siempre se mantuvo a contracorriente o, como dice Pereiro, en una manisfestación obsesiva de lo real aunque, añado, preñada de elementos simbólicos que dan a sus obras un ambiente mágico.
No piensen que van hallar allí la obra de un pintor más, sino la de un artista de lenguaje expresivo, claro y contundente que no admite indiferencias, que les va a poner a su favor o en su contra sin dudas intermedias.
Eso sí, hay algo en lo que todos van a estar de acuerdo: el gran oficio, porque este hombre no sólo es un "voyeur" experto en la mirada, sino un exhibicionista en la técnica, en eso que podemos llamar la cocina del artísta.

LA SUYA ES OBRA QUE NO ADMITE INDIFERENCIAS.

Diego de Giráldez no es sólo un artista extaño sino un hombre peculiar en su vida, y puedo hablarles de los varios estudios que tiene en Vigo y que elige para pintar según su estado de ánimo, o puedo contarles que debe ser el único artista de la España toda que tiene un museo con su nombre y obra. Puestos a hablar de peculiaridades, podría citar su devoción por las sardinas enlatadas, que dice que le proporcionan energía vital o algo así de locos. Ese estudio que tiene en Vigo en el que a veces duerme, lleno de objetos antigüos, desde una cama con baldaquino hasta una cómoda de caoba del siglo pasado, pasando por unas pesas medio romanas o un tocadisco Dual Bettor de aquellos años sesenta en que empezaron a llegar a España del primer desarrollo para que oyéramos tanto a Raphael o Los Brincos como a los Beatles.
Es un tío raro que siempre sonríe, pero este tío raro, tiene obras en más de un ciento de instituciones oficiales y su vida es una itinerancia continua de exposición en exposición por salas de arte de ayuntamientos, diputaciones y lugares tan inverosímiles como el Alcázar de Toledo, donde tienen obra suya.

PINTOR ANATOMISTA.
Diego de Giráldez, manifiesta en su pintura una simbiosis de lo rural y lo urbano, lo cual no es de extrañar porque algo así es el mismo, como si tuviera anclado en el alma el ambiente del campo, donde pasó su infancia, aunque reciclado por una cultura urbana como la de Vigo, donde reside. En ese tiempo, todo un currículom con el que no voy a agobiarles, pero que les aseguro muy activo.
Yo lo que digo es que los grandes clásicos de la pintura están en su obra. En sus creaciones manifiesta el estudio de la anatomía. Diego de Giráldez, es un pintor anatomísta. Él llama a lo suyo realismo Nas- naturalismo, abstracción entendida a su manera y el surrealimso. No seré yo quién explique tal complejidad, de la que sabrán quienes conocen su trabajo.

Fernando Franco.