Una pequeña figura femenina, de espaldas al espectador, observa un árbol seco invadido por líquines con un pájaro muerto a su pies. De las ramas cuelgan frutas, peces, hortalizas y esferas que también flotan en otras zonas del espacio con un significado simbólico que forma parte de una mitología propia. Minucioso y detallista en el dibujo imagina un talante surrealista con cierta dosis de críitca hacia el deteriodo de la naturaleza.
Colección Novacaixagalicia.