Lo real y lo onírico en Diego de Giráldez



El pintor gallego expone en el Centro Cultural Provincial de Palencia


Fernando Caballero

La sala de exposiciones de la Diputación Provincial de Palencia, ubicada en el Centro Cultural Provincial, acoge hasta el 16 de febrero una exposición del pintor gallego Diego de Giráldez (A Cañiza, Pontevedra, 1957, aunque reside en Vigo). Con el título de ‘Esencia del realismo’, la muestra reúne más de treinta cuadros pintados entre 1981 y 2021, lo que permite conocer una amplia producción de este artista plástico.

Diego de Giráldez creó, e incluso registró en 1981, el realismo NAS, acrónimo que responde a las palabras naturalismo, abstracción y surrealismo, cuyos estilos combina. Efectivamente, estas son las claves de su pintura. Naturalismo por el tratamiento de las figuras y los objetos, abstracción no tanto por el carácter informalista sino por el acercamiento conceptual de la obra y, finalmente, surrealismo por la sucesión de imágenes y escenas que crea a través de los animales y de los objetos que permiten una interpretación más allá de la realidad, incluso por la vía de los sueños. A estos estilos habría que añadir una fuerte carga de simbolismo, que se refleja no sólo en las imágenes –una maleta representa a ‘El emigrante’–, sino también en los sugerentes títulos de las obras.

Giráldez crea en sus cuadros fábulas donde los animales interactúan con los objetos, se comunican, se miran y forman espacios y composiciones equilibradas. Aves, conejos, ovejas, gallos, caballos… Son las especies que predominan en la obra, mientras que entre los objetos aparecen copas de cristal, cerezas, plumas, hojas, maderos…

El cuerpo humano se refleja fragmentado a través de ojos, oídos… Giráldez se presenta como un pintor clásico, y una de las manifestaciones de ese clasicismo es la estructura de los cuadros, de raíz renacentista. La disposición de los elementos apunta a una pirámide o pirámide invertida y a formas ordenadas, sin concesiones a la deconstrucción. La conjunción de todos estos elementos remite a los bodegones clásicos.

Una representación más gráfica del cuerpo humano se encuentra en dos obras: en el cuadro ‘Diálogo en el líquido vital’, fechado en 2007, sobre una mujer desnuda impactan sutilmente gotas de agua por todo el cuerpo, y en el titulado ‘Envuelta en el misterio recibe la luz’, en la que una figura femenina completamente cubierta recibe un nebuloso haz de luz sobre la cabeza sin rostro, en el centro superior del cuadro.

Giráldez va más allá de la figuración realista, busca la conexión con los sentidos y con las imágenes oníricas. Los fondos de los cuadros son cromáticamente apagados, prácticamente fundidos en negro, utilizando un símil audiovisual. En este contexto surgen las figuras y los objetos, tamizados por una luz artificial que el pintor convierte en protagonista ineludible de sus cuadros.

El pintor gallego muestra un homenaje a dos grandes clásicos a través de la comunicación entre él y esos referentes. ‘La menina de Diego Velázquez visita la obra de Diego de Giráldez’ y ‘La Gioconda deja ver el paisaje’. La menina contribuye a crear un arco de medio punto delante de otras obras del artista y la célebre Mona Lisa aparece enmarcada en un paisaje de atmósfera onírica.

Una pintura la de este gallego de resonancias clásicas, pero abierto a una figuración simbolista que capta la realidad con elegancia, sencillez y buena ejecución técnica.

  • Pintor: Diego de Giráldez