CONGRATULACIÓN
AL ARTISTA DIEGO DE GIRÁLDEZ
Sr. Alcalde:
Es para mí una inmensa satisfacción y un honor unirme al justo homenaje que el
Excmo. Ayuntamiento de A Cañiza dedica, nombrándole Hijo Predilecto, al artista
plástico Diego de Giráldez, admirado amigo y maestro con el que estoy cordialmente
unido pese a la distancia física, que sin embargo se estrecha en los meses de descanso
en mi querida Galicia.
Hace ya tiempo que conocí al respetado pintor, escultor y anatomista físico al que
ahora se homenajea. Sobre él he escrito algunas líneas, pronunciado conferencias y
asistido a inauguraciones expositivas.
Fue en el año 2000 cuando salió a la luz la publicación que rezaba: La realidad de un
pintor, para la que redacté a petición suya la semblanza que llevaba por título: “Pura y
desinteresada investigación. Diego de Giráldez, un místico y un ascético”. De ella se
realizó una segunda edición al año siguiente en Asturias por la editorial Nigra bajo el
título Diego de Giráldez. A realidade e o seu espello. La realidad y su espejo. Fue el
resultado de mi primera toma de contacto con un artista para mi desconocido y por
entonces ya situado en lo más alto de la crítica contemporánea, cuya creación artística,
fuerza expresiva y talento me impresionaron por lo que tenía de moderno y a la vez
clásico. El término con el que entonces se justificaba su estética NAS y que sigue
vigente, se ajustaba perfectamente a lo que yo entendía como su propio lenguaje
plástico: Naturalismo, como el de los artistas del Siglo de Oro español; Abstracción,
pues su obra responde a un pensamiento inteligente, y Surrealismo, porque hay que
analizar en profundidad lo que subyace en su mensaje iconológico.
Pasado el tiempo, nuestra relación amistosa se fue fortaleciendo mediante
intercambios de consejos y sugerencias de carácter artístico. En este sentido, como
quiera que su obra apenas era conocida en Andalucía, le sugerí la posibilidad de
exponerla en Sevilla, la capital administrativa y cultural de la región. Los lazos entre
ésta y la comunidad gallega son muy afectivos compartiendo sentimiento y bagaje
espiritual. El Ateneo de la capital hispalense, con ciento treinta años de existencia, era el
lugar idóneo, no solo porque constituye un referente en la cultura y en las artes local y
regional, sino también por mi condición de directivo bibliotecario del mismo. Diego
aceptó sin dudarlo a celebrar tal exposición pese a los inconvenientes que suponían
trasladar a cientos de kilómetros sus cuadros con la mejor garantía de seguridad y
eficacia. Pero todo resultó perfecto con la colaboración del Lar Gallego de Sevilla en
plena primavera de 2009 en el que la ciudad pletórica de luz, color y perfumada de
azahar se disponía a celebrar su mundialmente renombrada Feria abrileña. Al año
siguiente, recogí tal efeméride con texto e imágenes en el II tomo que dediqué a Las
Bellas Artes y el Ateneo de Sevilla. La vida artística de la ciudad (1951-2009) (pág.
310,311 y 344).
En el verano de ese mismo año, diserté en la sala capitular de ese Ayuntamiento que
usted preside acerca de “Diego de Giráldez en su museo y en los museos del mundo”.
Tuve ocasión entonces de poner de manifiesto la puesta en valor del interesante museo
de A Cañiza dedicado al artista y de las obras que contienen otras importantes
pinacotecas del mundo en las que son admiradas sus creaciones.
También en el estío del año siguiente fui invitado por el artista y por la Delegación
de Cultura del cabildo secular de la localidad de Poio (Pontevedra) para dar una
conferencia sobre su obra con ocasión de la muestra que presentaba en una sala del
Monasterio benedictino de esta localidad. En esta ocasión hablé de “Los dos Diego”,
título que hacía referencia a la relación en técnica, iconografía e intención, que entiendo
existe, entre la obra de nuestro homenajeado y la del insigne maestro del barroco
sevillano tan dignamente conservada en el madrileño Museo del Prado.
Otro aspecto que siempre me interesó de la obra de Giráldez es su afán por
investigar la anatomía humana, cuestión esencial para todo artista desde tiempos
remotos que se precie de practicar la figuración. Hablamos mucho sobre el particular y
tras estudiar tan interesante tema iconográfico e iconológico en su creación, le prometí
que disertaría públicamente sobre ello. Lo hice en el acto de inauguración de una selecta
y monográfica exposición que ofreció en el Centro Cultural de Porriño (Pontevedra).
Hablé de: “La anatomía en la obra de Diego de Giráldez”, conferencia que impartí en el
citado lugar en la tarde-noche del 3 de septiembre del 2014. Como de costumbre,
cuando se trata el nombre de Giráldez, con abarrotada concurrencia de público.
Me emocionó la decisión del artista de incluirme como miembros de los Amigos de
la Casa Museo Diego de Giráldez en un acto solemne que se celebró hace unos años en
el espléndido y monumental Teatro Fundación Vigo.
Mucho se ha escrito ya sobre el artista y su obra. Sin embargo, queda aún por estudiar
otros aspectos de su variopinta, compleja y rica producción de la que aún no está todo
dicho, pues Giráldez busca permanentemente nuevas formas de expresión y practica
experiencias con renovados materiales, lo que hace evolucionar su obra como los
grandes maestros del pasado y también del presente.
Mi obligada ausencia por motivos académicos en este acto tan emotivo y solemne, no
es óbice para que mi espíritu esté con vosotros en estos momentos, uniéndome de todo
corazón y pensamiento a tan justísimo homenaje a quien ha sabido engrandecer las artes
de su tierra gallega y de España.
Sevilla, marzo de 2017
Prof. Dr. Gerardo Pérez Calero
Catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Sevilla
Académico de la Andaluza de la Historia, de la Iberoamericana de La Rábida y de la “Luis Vélez de
Guevara” de Écija.