domingo, 19 de abril de 2009

DIEGO DE GIRÁLDEZ, UN PINTOR MUY ESPECIAL- POR FERNANDO FRANCO.

Yo lo llamaría "el pintor tranquilo". Lo último que sé de él es que, yendo estos días nevados a Madrid, a una exposición que tiene por alli itinerante, subio en su Chrysler de los años 70 todo el sinuoso Alto de los Leones del que todo el mundo huye, despreciando el túnel del Guadarrama, para sentir el placer de la naturaleza nevada. Él va a su ritmo aunque todos tengan prisa y, sin embargo, no deja de exponer ni de vender. Por alguna razón, las salas institucionales le abren las puertas de par en par, sobre todo de las diputaciones. Hablo de un vigués de adopción Diego de Giráldez, un tipo singular del que ya dije una vez que tiene por alimento muy habitual y apreciado las latas de conservas, y no por ahorro sino porque placen. Tiene, además, otra manía; los coches de época. que yo sepa tiene dos Mercedes de los años 50, dos Chrysler de los años 70 y otros. Sus coches son como su casa, llena de antigüedades, o su museo. Lo de su casa (no su estudio, que tiene aparte), no tiene desperdicio. Su habitación esta rodeada de objetos inesperados, desde un gramófono a un tocadisco Dual Bettor de los años 60 a una báscula de museo. Es un tío raro, pero siempre cordial y de buen humor.

Fernando Franco.
Vigo.