jueves, 31 de julio de 2008

DIEGO DE GIRÁLDEZ.-POR JOSÉ AMIGUETTI SÁNCHEZ.

Me complace poder dedicar unas líneas, a modo de observador y amante de la pintura, expresando que, aunque no es tarea nada fácil dar una opinión objetiva creo poder añadir que sus trabajos ofrecen una clara visión de un mundo natural y escénico, donde predominan las formas vivas, a modo de bodegones, y de las alegóricas representaciones un tanto místicas, un tanto grotescas, de seres vivos y naturaleza muerta, flotando en ese ambiente cálido y abstracto a la vez.
Cabe destacar sus fondos, realizados en dos tonos de color, lo cual denota su claro concepto de pintor de interior, figurativo y surrealista. Sus objetos suspendidos en el espacio nos evoca recuerdos de Magritte, así como la abstracción creada entre sus personajes, detonante claro de su obsesion por el mundo vivo, el mundo natural, que nos muestra una visión próxima a las representaciones del Bosco.
Su sentido de la representación de la vida, tema monotemático, es consecuencia de una reflexión, lenta, desde la observación minuciosa de los objetos que representa, lo cual denota su persistente interés por la anatomia.
JOSÉ AMIGUETTI SÁNCHEZ
Coronel Director del Museo de la Guardia Civil. - Madrid