domingo, 15 de febrero de 2009

DIEGO DE GIRÁLDEZ.

El mundo enigmático de Giráldez. Inconfundible la obra de este pintor nacido en A Cañiza, hiperrealista y sin embargo con frecuencia onírico. Hijo de un marino vive su infancia en la villa natal, en un ámbito casi campesino. A los ocho años su familia se traslada a Vigo. Su primera exposición la realiza en Vigo, 1975, con éxito sorprendente. Salta a Cataluña donde mantuvo amistad con Dalí y Pitxot (actual director del Museo Dalí y amigo íntimo del genial artísta ) y allí se confirma su acogida. También en Madrid su obra es alavada por críticos tan prestigiosos como Santiago Amón, Ramón Faraldo,... De Suiza a Portugal su obra gana prestigio. La adquieren museos de España y del extranjero. En cierto modo, es único, irrepetible, con su peculiar técnica mixta. Giráldez, es un realista diferente. Sus cuadros religosos representan un mundo diferente, táctil, obsesionante. Sus gallos muertos parecen vivir en una imganiaria taxidermia.
La deliberada desproporción entre los objetos representados nos conduce a un surrealismo también peculiar. Desde la máxima exactitud referencial, la pintura de Diego de Giráldez es inquietante, capaz de conmover el espíritu menos sensible. Su obra se puede encontrar en los más importantes lugares del mundo desde el de El Cairo (Egipto) hasta el del Vaticano, pasando por infinidad de Museos de Artes Contemporáneos, Museos de Bellas Artes, Museos Provinciales, Museos Diocesanos, Museos Municipales, Museos Específicos, ... Se puede decir, también, que es difícil que un museo español o portugués no posea un cuadro suyo. Este vigués de adopción es el creador del movimiento NAS.

EL FORO.
Vigo.