domingo, 23 de noviembre de 2008

DIEGO DE GIRÁLDEZ, UN PINTOR GALLEGO.

Diego de Giráldez es un pintor gallego. Además ejerce. Y a ver si logramos explicarnos, que aquí nadie quiere hacer con lo dicho un prologo a la torpeza.
Ser gallego ( como ser de cualquiera tierra) es algo muy serio. Lo es si se tiene alma, gusto y talento para penetrar en lo que es cada cultura, cada pueblo. Y ser gallego y ejercer es, por tanto, tratar de tú a la belleza o, para ser más exactos, codearse familiarmente con el mundo de lo fantástico, desde el realismo más agudo, más acusado, más manifiesto. Tan es así este último dato, que Diego de Giráldez se ve obligado a apoyarse en distintas técnicas para que, apoyado en eso tan infrecuente que es saber dibujar, decir con la realidad inmediata de las cosas la trascendencia de lo que se imagina y se siente.
Ya saben que Giráldez está en el monasterio de San Juan.
Dicho eso, quizás conviniera analizar los sentimientos que expone. Los resumimos diciendo que, en todo momento, a veces desde la ironía tan frecuente en los hombres de su tierra, quiere llegar al más allá de lo que es es, habiendo empleado por nuestra parte este verbo "ser" en la trascendencia que tiene en el plano filosófico o dicho de otro modo, en la acepción que sirve para definir lo metafísico.

Crítica Arte.
Diario Burgos.