Diego de Giráldez, en la Coruña, nos ofrece un buen número de obras en general bodegones realizados en técnica mixta.
Sin duda él se exige el dominio de una técnica depurada, para ser, decidida y radicalmente aceptado, aún cuando ofrezca grata atración y hasta cierto demoníaco encanto efectista, haciendo caer al contemplador en muy frecuente pecado leve.
Diego de Giráldez cuya capacidad de trabajo puede decirse de haber realizado más de trescientas exposiciones, acredita estar en posesión de la necesaria y precisa técnica. Consecuencia de ella, y de la sensibilidad facilmente impresionable, son esos cuadros límpios, apoyados en buen dibujo.
El realismo de Giráldez entra en la morfología profunda del objeto-.
De las castañas, del blanco matizado de la lana merina, la cerámica o las fresas. Y quizás se quede en esa grata superficie de la realidad, que nuestros ojos descubren diariamente en lugares familiares, porque Diego de Giráldez prescinde del ambiente en que es preciso situar a lo cotidiano para descubrir su secreta y misteriosa realidad, predicadora de altos valores que el artísta ha de sentir para expresarlos mediante ese toque poético, fecundador de toda obra de arte.
LAUREANO ÁLVAREZ.
La Coruña.
